El tiempo es de Dios, no de los hombres.
- Eunice, México
- 22 ago 2015
- 4 Min. de lectura
Lectura bíblica: Eclesiastés 3:1-15

1. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: 2. Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado, 3. tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar, 4. Tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar, 5. tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntarlas, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar, 6. tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de tirar, 7. tiempo de rasgar y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar, 8. tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra, y tiempo de paz. 9. ¿Qué provecho obtiene el que trabaja de aquello en que se afana? 10. He visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11.Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin. 12. Sé que no hay para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida. 13. Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los beneficios de toda su labor. 14. Sé que todo lo que Dios hace es perpetuo: Nada hay que añadir ni nada que quitar. Dios lo hace para que los hombres teman delante de él. 15. Lo que antes fue, ya es, y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo pasado.
Estos versículos nos enseñan con claridad que todo tiene su tiempo (Vr.1) y que no debemos afanarnos por una cosa o por otra (Vr.9); sino SABER ESPERAR EN DIOS, pues todo lo hace para que delante de Él teman los hombres (Vr.15) Pero, ¿Qué es el temor de Dios? El proverbista nos da más respuestas: Proverbios 19:23; 14:27; 14:26 y 1:7 En estos versículos vemos que el temor de Dios proporciona VIDA, seguridad para los hijos, protección contra el mal, confianza y satisfacción; y que también, es el principio de la SABIDURÍA, es decir, que no sólo hallamos vida sino que actuamos sabiamente cuando depositamos nuestra entera confianza en Dios y confiadamente esperamos según Su tiempo. Sin embargo, cuando nos adelantamos a los tiempos de Dios o hacemos totalmente lo contrario a su voluntad con tal de conseguir algo, entonces tomamos decisiones equivocadas y sufrimos las consecuencias de nuestro error o pecado.
Ejemplos: en la Biblia encontramos varias historias de grandes personajes que tomaron malas decisiones por no esperar en Dios, como Abraham que teniendo la promesa de ser papá aún siendo viejo y su esposa estéril, aceptó la propuesta de Sara, su esposa, de tener un hijo con su sierva. Sin embargo esta no era la manera en que Dios cumpliría su promesa con ellos, según Génesis 17:19. Otro ejemplo es el de Jacob, quien decide llevar a cabo un plan para engañar a su padre y tomar la bendición que estaba preparada para su hermano mayor. Y éste en particular, es el ejemplo que comúnmente nos sucede cuando queremos conseguir cosas que vemos difíciles o que llevamos tiempo pidiendo en oración, pero que sentimos que estamos esperando demasiado y finalmente, acabamos tomando una mala decisión. El deseo de Jacob era tener la primogenitura de su hermano Esaú, y como cosa de "juego", despreciando el valor de la primogenitura, Esaú se la concedió por juramento a Jacob cuando éste se la pidió a cuenta de un plato de comida!! Más, ¿dónde estuvo la mala decisión de Jacob? La Biblia nos muestra que aún su madre lo persuadió de robarle la bendición que el padre preparaba para su hijo Esaú. Entonces, ocurrió todo un "engaño" Jacob se puso pieles en los brazos para parecerse más a su hermano peludo, Incluso cuando él entró con su padre Isaac para recibir la bendición que era de Esaú, mintió en repetidas ocasiones que no era Jacob, sino su hermano. (Genesis 27:12-13) Jacob sabía que no era correcto y pensó que acarrearía maldición a su vida en vez de bendición y sin embargo se dejó persuadir. La consecuencia que esto le trajo fue grande y tortuosa, pues tuvo que huir de su hermano y vivir lejos de su familia. Luego, tuvo que trabajar más de lo esperado para obtener la mano de la mujer que amaba. (Genesis 32:26-28) Realmente se lamentó el haber obrado de esa manera y arrepentido volvió a Dios y le rogó que su hermano no hiciera guerra contra él, pues estaba cansado de huir y deseaba reconciliarse con su hermano. Y Dios, en su gran amor y misericordia, le permitió reconciliarse con Esaú y no sólo eso, sino que a pesar de que Jacob tomó una mala decisión, Dios le concedió una mayor bendición que la otra, y cumplió en Jacob Su promesa dada a Abraham. Esta historia de Jacob, nos enseña que sin el temor de Dios en nuestras vidas, somos fácilmente persuadidos a tomar malas decisiones, y éstas nos acarrean consecuencias graves; mientras no nos arrepintamos y nos volvamos de nuevo a Dios, viviremos huyendo, errantes y temerosos ante los problemas que sobrevienen en nuestras vidas. Pero si nos arrepentimos de haber tomado malas decisiones adelantándonos a las promesas o respuestas de Dios a nuestras oraciones, si nos arrepentimos de todo corazón de nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1Juan 1:9) Porque desde Eclesiastés 3:15, nos reveló que en Su soberanía "Él restaura lo que pasó"
Conclusión: Entonces, ¿Qué nos toca hacer a nosotros como hijos de Dios, mientras esperamos en Él? La respuesta la hallamos en 2 Timoteo 3:14 y 4:2. Que persistamos en lo que hemos aprendido y en lo que nos hemos persuadido (convencido), sin dejar de predicar la palabra insistiendo en tiempo y fuera de tiempo; con toda paciencia y doctrina. Así que haciendo esto, podemos esperar gozosos glorificando a Dios, pues Jesús dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad (Hechos 1:7) Amén! Para gloria de Dios.
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